Me encuentro abandonado entre cuatro paredes,
Y tu no estas aquí.
La desesperanza se apodera de mí,
Hoy voy a morir.
Un grito iracundo que clama tu nombre
se ahoga bajo las aguas de tu sordo corazón.
Hoy voy a morir.
De mi piel brota melancolía y las paredes
Implacables relucen teñidas con mi sangre (tu sangre).
¡Se que no vas a venir!.
Poco a poco me hundo en mis lagrimas y es que
El dolor que imprime tu indiferencia no lo puedo resistir.
Pobre corazón, ya no sabrá lo que es latir.
Por una diminuta ventana diviso como te alejas,
Tan campante y sin preocuparte por mi.
Irradiando una tranquilidad que cae como cortina de hierro,
Oscureciendo aquel cuarto,
Mi existencia y mis sentimientos.
No te veo venir.
Ya en la agonía comienzo a imaginar nuestro ultimo beso,
Aquellos pétalos rozando mis labios…estremeciendo mi cuerpo (tu cuerpo).
Mi boca deslizándose por tu espalda
y mis ojos recorriendo un camino color carmín.
Sentir como el deseo une nuestra piel en medio de caricias desenfrenadas
Penetrantes, ardientes. Es irresistible…remar contra tu atracción.
Te quiero junto a mí.
Pero la simple idea de tenerte a mi lado
se desmorona frente a la desesperanza
y el contraste que brinda el paisaje de la realidad.
He ahí mi cuerpo inerte, despojado, completamente abandonado.
Aún más vacío y carente de sentido sin ti.
Un cuerpo que no refleja marcas de aquél ultimo beso que nunca existió.
Al fin he muerto,
Con tu ausencia
Y sin el último beso.
2 comentarios:
y en la última lectura de tus bien hiladas palabras, sigo quedando helada y sin capacidad de responder.
Quizás estoy aquí escribiendo porque me pediste que comentara aquellos escritos en este lugar. Poco palpable, poco latente pero sí muy patente.
Y en la ironía de la literatura empecé a comprender un poco por qué me gusta más éste texto que los otros. Y es simplemente porque me llegan un poco más las palabras menos dulces y un poco más cargadas de dolor. Saboreo más la prosa que el verso, de pura mala costumbre talvez.
O es que algunos me han dicho que en un texto circular se pueden apreciar diferenctes sensaciones. Y así es. Hoy no es lo mismo de ayer.
También puede ser como escarbar en una variante historia que nos remueve la mente. Y -sin ánimo de exagerar- esa sensación la comparo con la misma que me generó Rayuela al leer y releer.
Gracias por obligarme a dedicar algunos de mis minutos en cosas buenas y apreciables.
Pau.
I´ve been there before...
Sin palabras...
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